Ir al contenido principal

Celibato sacerdotal es don de Dios que debe vivirse con alegría, dice Cardenal Hummes


Bookmark and Share

Celibato sacerdotal es don de Dios que debe vivirse con alegría, dice Cardenal Hummes
VATICANO, 14 Mar. 10 / 04:09 pm (ACI)En su intervención en el congreso teológico "Fidelidad de Cristo, fidelidad del Sacerdote", el Prefecto de la Congregación para el Clero, Cardenal Claudio Hummes, resaltó que "el celibato sacerdotal es un don del Espíritu Santo que pide ser comprendido y vivido con plenitud de sentido y alegría, en la relación totalizante con el Señor".
El Purpurado indicó que "esta relación única y privilegiada con Dios hace del sacerdote el testimonio auténtico de una singular paternidad espiritual y lo hace auténticamente fecundo".
"La Iglesia –prosiguió– en cuanto Cuerpo Místico de Cristo ve a todos los fieles aprovechar el don de ser un pueblo sacerdotal, pero al mismo tiempo sabemos que Cristo escoge a algunos" y "esos son los sacerdotes que continúan esta misión".
Por su parte, el Arzobispo de Bologna, Cardenal Carlo Cafarra, señaló que "el presbítero hoy está llamado a abrirse a la superior iluminación del Espíritu Santo, para descubrir las orientaciones de la sociedad contemporánea y reconocer las necesidades espirituales más profundas" a las que tiene que responder porque sin importar las circunstancias, "la capacidad de la verdad permanece indestructible en el hombre".
"El hombre que vive hoy la farsa de la ausencia de Dios necesita ser despertado en la conciencia de su dignidad de persona y esto solo lo puede hacer el testimonio de la caridad", concluyó el Cardenal.

Comentarios

Entradas populares de este blog

No me Restaures te lo prohíbo unidos a Nuestros Hermanos de Nicaragua

- ¡NO ME RESTAURES, TE LO PROHIBO! ¡¿LO OYES?! - Si Señor, te lo prometo, no te restauraré. - Gracias— me contestó el Cristo. Su tono volvió a darme confianza. - ¿Por qué no quieres que te restaure? No te comprendo. ¿No comprendes Señor, que va a ser para mí un continuo dolor cada vez que te mire roto y mutilado? ¿No comprendes que me duele? - Eso es lo que quiero, que al verme roto te acuerdes siempre de tantos hermanos tuyos que conviven contigo; rotos, aplastados, indigentes, mutilados. Sin brazos, porque no tienen posibilidades de trabajo. Sin pies, porque les han cerrado los caminos. Sin cara, porque les han quitado la honra. Todos los olvidan y les vuelven la espalda. ¡No me restaures, a ver si viéndome así, te acuerdas de ellos y te duele, a ver si así, roto y mutilado te sirvo de clave para el dolor de los demás! Muchos cristianos se vuelven en devoción, en besos, en luces, en flores sobre un Cristo bello, y se olvidan de sus hermanos los hombres, cristos feos, roto...

Positivismo signo de la madurez cristiana

Cualquiera que sea la imagen del cristiano maduro, tiene al menos tres características fundamentales. La primera es la de ser positivo. Tiene que ser una persona que intenta continuamente tender puentes, remediar situaciones difíciles, mirar hacia adelante. Si pensamos en el himno de la caridad de san Pablo: «... todo lo cree, todo lo disculpa, todo lo espera», debemos decir que en el cristiano adulto no puede haber depresión, desaliento, malhumor, tristeza, desconfianza. Ni siquiera una cierta animadversión concuerda con la imagen del cristiano maduro en la fe, en el que cabe más bien la energía, el valor, la generosidad total. La segunda característica, que no debemos olvidar, es su conflictividad. ¿De dónde nace esta imagen? San Pablo lo dice claramente en el contexto de la Carta a los Gálatas: «En cambio, los frutos del Espíritu son...». «En cambio», referido a los versículos anteriores, est...

Miércoles de Ceniza encuentro con la Palabra

MEDITATIO La liturgia de la Palabra de hoy nos lleva de la mano por el camino de la verdadera alegría, viniendo a buscarnos en los callejones sin salida donde nos metemos y donde no podemos avanzar. Penitencia y arrepentí miento no son sinónimos de abatimiento, tristeza o frustración; por el contrario, constituyen una modalidad de apertura a la luz que puede disipar las oscuridades interiores, hacernos conscientes de nosotros mismos en la verdad y hacernos gustar la experiencia de la misericordia de Dios. Él siempre ve y conoce nuestras mezquindades y suciedades interiores y, sin embargo, ¡qué diferente es su juicio del nuestro! "En tu luz veremos la luz" (Sal 35,10b): admirados notamos que desde el momento en que nos ponemos en camino, él nos envuelve con un amor más grande, nos despoja de nuestro mal y nos reviste de una inocencia nueva.   El Señor había asignado al profeta la misión de convocar al pueblo para suscitar nueva esperanza a través de un camino pen...