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Mostrando entradas de enero, 2018

La paz de Cristo y la misión de la Iglesia

El objetivo de la Encarnación del Hijo de Dios es de "establecer la paz o comunión con él y una fraterna sociedad entre los hombres" (AG 3). Es la paz mesiánica del cántico de la Navidad "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace" (Lc 2,14). Cristo, "nuestra paz" (Ef 2,14) y "príncipe de la paz" (Is 9,6)), dio la vida para formar un solo pueblo, "en el que sus hijos que estaban dispersos, se congreguen en la unidad (cfr. Jn 11,52)" (AG 2). La paz o es universal o no es posible. No habrá nunca paz sin el perdón y la reconciliación. La lucha por la justicia y por la paz, es siempre contra el error y el mal, nunca directamente contra las personas. Esa lucha es parte integrante de la promoción humana y construye la paz. La autodefensa legítima (por parte de individuos y de pueblos) no va directamente contra las personas, sino que intenta proteger a los inocentes. "Los cristianos que toman p

La misión de Jesús llamada a la conversión y a la fe

Me preguntó que pasa que no me convierto que me cuesta asumir con  valentía y coherencia la realidad de la conversión tomando encuenta que es fruto del encuentro con el maestro, que pasa que aún veo la doble vida de los cristianos, que por un lado sembramos odio y por otro anunciamos el amor. El anuncio de la cercanía del Reino, que es tema central en el mensaje de Jesús, porque "ya se ha cumplido el tiempo" (Mc 1,15), es una llamada urgente a un cambio radical de mentalidad y de conducta ("conversión"). Es la actitud previa para "creer". Jesús llama a la conversión, al perdón y a la fe "El Reino de Dios está cerca; arrepentíos y creed en la buena nueva". Jesús envió a los Apóstoles con este mismo encargo de anunciar el Reino, llamando a la conversión y a la fe (Mt 10,7ss; Mc 6,12; Lc 9,2ss). En el envío final, el día de la ascensión, se concreta el encargo o la misión de "enseñar" y de "bautizar" (Mt 28,19; Mc 16,16; Lc 24,

Segundo Domingo del tiempo ordinarioLeer el comentario del Evangelio por Basilio de Seleucia (¿-c. 468), obispo

Sermón en honor de San Andrés, 4; PG 28, 1105 “Hemos encontrado al Mesías.” Tomando consigo a Pedro, su hermano de sangre según la naturaleza, Andrés lo conduce hacia el Señor para que se convierta en discípulo como él. Es la primera hazaña de Andrés. Hace aumentar el número de discípulos, introduciendo a Pedro, en quien Cristo encontrará el jefe de los discípulos. Tanto así que, cuando más adelante, Pedro tiene una conducta admirable, lo deberá a lo que Andrés había sembrado . La alabanza dirigida a uno, recae igualmente sobre el otro, ya que los bienes de uno pertenecen al otro, y el uno se glorifica de los méritos del otro. ¡Qué alegría procuró Pedro a los demás cuando respondió con prontitud a la pregunta del Señor, rompiendo el silencio turbado de los discípulos! […] Solo Pedro pronunció estas palabras: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo» (Mt 16:16). Hablaba en nombre de todos, en una frase proclamaba el Salvador y su plan de salvación. ¡Cómo esta proclamaci

Humildad misionera

Cuando sentimos que nuestro servicio pastoral es un don especial, perdemos de vista la verdad ya que es un don de Dios, no nuestro, por es dejo esta reflexión sobre Humildad ministerial y misionera El camino del éxito en la evangelización pasa por la "humildad" y pobreza bíblica, como actitud de abandono confiado y comprometido en las manos de Dios (cfr. 1Pe 5,6-7). La actitud apostólica es siempre de servicio ("ministerial"), a modo de "instrumento vivo de Cristo" (PO 12). El apóstol no es un patrón, que pueda hacer y deshacer los contenidos y los signos eclesiales, sino un imitador de Cristo servidor de todos. Su servicio es de "entrega total, humilde y generosa, a la Iglesia" (PDV 21). Con esta "humildad" se construye la comunidad, basada en "la unidad que es fruto del Espíritu" (Ef 4,2)