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No me Restaures te lo prohíbo unidos a Nuestros Hermanos de Nicaragua

- ¡NO ME RESTAURES, TE LO PROHIBO! ¡¿LO OYES?! - Si Señor, te lo prometo, no te restauraré. - Gracias— me contestó el Cristo. Su tono volvió a darme confianza. - ¿Por qué no quieres que te restaure? No te comprendo. ¿No comprendes Señor, que va a ser para mí un continuo dolor cada vez que te mire roto y mutilado? ¿No comprendes que me duele? - Eso es lo que quiero, que al verme roto te acuerdes siempre de tantos hermanos tuyos que conviven contigo; rotos, aplastados, indigentes, mutilados. Sin brazos, porque no tienen posibilidades de trabajo. Sin pies, porque les han cerrado los caminos. Sin cara, porque les han quitado la honra. Todos los olvidan y les vuelven la espalda. ¡No me restaures, a ver si viéndome así, te acuerdas de ellos y te duele, a ver si así, roto y mutilado te sirvo de clave para el dolor de los demás! Muchos cristianos se vuelven en devoción, en besos, en luces, en flores sobre un Cristo bello, y se olvidan de sus hermanos los hombres, cristos feos, roto
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LA EUCARISTÍA TIENE MUCHA BIBLIA Y ALGUNOS SALEN DE LA IGLESIA DICIENDO QUE NUNCA LES ENSEÑARON..

Cuando el teólogo protestante Scott Hahn asistió a una Santa Misa, se sorprendió al mirar lo mucho que se citaba la Biblia en el culto católico. Dice que le daban ganas de ponerse de pie y decir «eso está en esta cita bíblica, eso en esta otra»… nunca imaginó que el culto católico estuviera tan sumergido en la Palabra.  Acabó por convertirse a la Iglesia Católica y escribió el libro «La Cena del Cordero»; subtitulado «La Misa, el cielo en la tierra». En efecto, al INICIO de la Misa decimos «en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo»… eso está en Mt 28,19. SALUDO: El sacerdote saluda «El Señor esté con ustedes» a lo que la asamblea responde «y con tu espíritu»… es 2 Tm 4,22. También puede saludar de otro modo «la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con ustedes» lo dice 2 Cor 13,14. PIEDAD: Es el grito del ciego de Jericó y la oración del publicano… en Lc 18 o 2 Tm 1,16. GLORIA: Imitando a los ángeles en la

Dios ve el corazón en tiempos de redes sociales

Amigos seguramente hemos escuchado este texto bíblico que nos dice “Nosotros vemos las Apariencias, pero Dios ve el Corazón” pero en medio de los lugares donde comparto veo con frecuencia como especialmente de quienes tenemos responsabilidad de coordinar o si prestamos un servicio como a veces nos preocupamos por mostrar nuestro mejor rostro ante los demás no el real, o incluso solemos hacer comentarios cuando las personas nos dan las espalda para marcharse. Pero que motivaciones tenemos para no actuar con rectitud, que nos hace preocuparnos tanto por lo que piensan los demás y no lo que piensa Dios de Nosotros, si nosotros vemos las apariencias es posible que se la razón por la cual en nuestras redes sociales mostramos un rostro distinto al real, usamos muchas cosas para aparentar, filtro de fotos, efectos de cámara, realidad virtual, con ellas dejamos de ser lo que somos e iniciamos a ser lo que quisiéramos ser, puede que en casa discutimos con la esposa e hijos y en l

ÁMBITOS DE LA MISIÓN AD GENTES

Si bien el mandato de Jesús impulsa a sus discípulos a ir por toda la tierra, trascendiendo todo género de fronteras geográficas y étnicas, la Redemptoris Missio explícita los ámbitos concretos en que hoy se realiza el primer anuncio del Evangelio. El Papa explica muy bien que se debe conservar el criterio geográfico en la Primera Evangelización “en orden a determinar responsabilidades, competencias y límites geográficos o dificultades de índole política que sean obstáculo para su presencia misionera” (RM 37).   La Iglesia se construye si hay hombres que proclaman en el mundo el evangelio de salvación, lo hacen por mandato, en nombre y con la gracia de Cristo Salvador. "¿Cómo predicarán sí no son enviados?" Escribiría el que fue sin duda uno de los más grandes evangelizadores. Nadie puede hacerlo, sin haber sido enviado.   Cada vez nos convencemos más de que la evangelización es urgente porque “ésta constituye el primer servicio qué la Iglesia puede prestar a cada

Los LÍMITES DE LA LIBERTAD HUMANA

La libertad cristiana nace de la fe y se sitúa en la fe, según la profunda frase de Lutero: "Esta es, por tanto, la libertad del cristiano: nuestra fe"; pero aquí precisamente manifiesta su dramatismo, ya que la fe del hombre es siempre parcial y limitada, y le acecha siempre lo que Heinrich Schlier ha llamado la tentación de la "autojusticia", a saber, la pretensión de ser justos por nosotros solos y de administrar solos nuestra libertad. La existencia humana aparece "prisionera de sí misma"; la libertad cristiana se perfila entonces como "liberación de esta existencia inevitablemente caída" y condenada, precisamente por haber caído, a recaer continuamente. "¿Por qué la existencia, puesta por cada mandamiento ante el interrogante de si quiere permanecer o no ligada a sí misma, se ve instada por la ley a liberarse de sí misma, pero luego vuelve a caer siempre de nuevo?... La respuesta es la siguiente: porque, al renunciar a Dios, ha renun

El Bautismo sella el abrazo amoroso del Padre

El bautismo sella para cada uno de nosotros el abrazo del Padre, es signo eficaz de las relaciones vitales que el Padre, el Hijo y el Espíritu establecen con nosotros, nos otorga un corazón nuevo, nos capacita para practicar la obediencia filial —como Jesús— al proyecto amoroso de Dios. El bautismo sella también nuestro ingreso en la gran familia de la Iglesia, nos habilita para celebrar la eucaristía, escuchar la palabra de Jesús y dar testimonio de la misma, vivir la caridad fraterna, poner nuestros dones al servicio de todos. Finalmente, el bautismo nos convierte en signo de esperanza para toda la humanidad, ya que crea en nosotros una humanidad nueva, libre del pecado, dispuesta a entrar en los distintos ámbitos de la convivencia humana, no con el egoísmo agresivo de quien reconduce a todos y todo hacia sí mismo, sino con la firme disponibilidad de quien, dejándose atraer por Cristo, está dispuesto a ayudar, a colaborar, a servir, a amar. La meditación sobre nuestro bautismo es sie

Pentecostés la fiesta de la Iglesia

Esta fiesta antiquísima, que se celebraba cincuenta días después de la pascua, en un principio era la fiesta de la cosecha, pero posteriormente se convirtió en la fiesta de la renovación de la alianza; evocaba, por tanto, el don de la ley en el monte Sinaí. Un fragor como de viento y fuego evoca la aparición de Dios; el viento que irrumpe es, en particular, el signo de la irrupción de Dios en el mundo, de un Dios que toma posesión de la criatura humana, así como tomó posesión de Jesús y como toma posesión de todo creyente. Es el signo de l a nueva humanidad en el Espíritu. El fuego, por medio del cual el Espíritu se comunica a cada uno en forma de lengua, sella esta relación personal y única con la Trinidad; es signo del Dios que entra en cada uno como fuego que ilumina y devora, y después se convierte en palabra en la Iglesia. Del viento y del fuego nace el don de lenguas. Mientras en Babel la multitud de lenguas había puesto en evidencia la ruptura y la confusión de la humanidad, aho

Positivismo signo de la madurez cristiana

Cualquiera que sea la imagen del cristiano maduro, tiene al menos tres características fundamentales. La primera es la de ser positivo. Tiene que ser una persona que intenta continuamente tender puentes, remediar situaciones difíciles, mirar hacia adelante. Si pensamos en el himno de la caridad de san Pablo: «... todo lo cree, todo lo disculpa, todo lo espera», debemos decir que en el cristiano adulto no puede haber depresión, desaliento, malhumor, tristeza, desconfianza. Ni siquiera una cierta animadversión concuerda con la imagen del cristiano maduro en la fe, en el que cabe más bien la energía, el valor, la generosidad total. La segunda característica, que no debemos olvidar, es su conflictividad. ¿De dónde nace esta imagen? San Pablo lo dice claramente en el contexto de la Carta a los Gálatas: «En cambio, los frutos del Espíritu son...». «En cambio», referido a los versículos anteriores, está en contraste con las obras de la carne: «Fornicación, impureza, desenfreno, idolatría, hec

Saber escuchar, para ser Discipulo

«Sentada a los pies de Jesús, escuchaba su palabra.» Sentarse a los pies de alguien es la actitud del discípulo respecto al maestro. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, por ejemplo, cuando Pablo cuenta su vida, dice: «Yo de joven me sentaba a los pies de Gamaliel en Jerusalén», era discípulo suyo, él era mi maestro. Es interesante la actitud de María (la hermana de Marta), porque en el evangelio sólo vemos a los hombres como discípulos: los apóstoles. Aquí aparece una mujer como discípula que escucha las palabras del Maestro. Nos viene a la mente una expresión de Jesús: «Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica». María vive la bienaventuranza evangélica, la de la escucha de la Palabra. Es la imagen perfecta del discípulo, de la humanidad que escucha la Palabra de Dios, y es la imagen que inmediatamente evoca la figura de la perfecta discípula, María, la madre de Jesús, que dice: «Que me suceda según dices». De la hermana de Marta se puede decir lo qu

No corregir los defectos es ser egoísta

 Educar a veces significa también «contrariar». Permitir o, peor aún, favorecer el crecimiento incondicional de los instintos negativos de la persona, no frenar sus caprichos, su agresividad destructiva y los vicios que la deshumanizan, no corregir los defectos y las pulsiones egoístas, significa renunciar a su educación. Hay que encontrar la manera adecuada para hacerlo, pero no hay que renunciar a la corrección. La verdad que no procede del amor no educa, exaspera. Sólo de un gran amor paterno y materno nace también la sabiduría de reprender en el momento adecuado y de la forma correcta. Corregir no es solamente decir «te has equivocado», sino explicar las razones («confutar», «convencer»), Esto nace de un amor inteligente que piensa y reflexiona antes de reprender, que no pierde de vista la meta que pretende alcanzar, que recurre a la discreción del diálogo de tú a tú antes de hacerlo públicamente.