El 1%
más pudiente de EE UU concentra el 95% del crecimiento tras la crisis, según
Oxfam
El 80%
de los españoles cree que la ley favorece a los poderosos
Un niño busca comida en un basurero en la ciudad
india de Guwahati / UtpalBaruah (REUTERS)
La masiva
concentración de los recursos económicos en manos de unos pocos abre una brecha
que supone una gran amenaza para los sistemas políticos y económicos inclusivos,
porque favorece a unos pocos en detrimento de la mayoría. Así que para luchar
contra la pobreza es básico abordar la desigualdad. Esta es la conclusión del
informe Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad
económica, que publica hoy la ONG OxfamIntermón.
El
estudio parte de datos objetivos de varias instituciones oficiales e informes
internacionales que constatan la “excesiva” concentración de la riqueza mundial
en pocas manos. Datos como que 85 individuos acumulan tanta riqueza como los
3.570 millones de personas que forman la mitad más pobre de la población
mundial. O que la mitad de la riqueza está en manos de apenas el 1% de todo el
mundo. Eso sin contar, advierte el informe, que una considerable cantidad de
esta riqueza está oculta en paraísos fiscales.
El
informe de la organización, que será presentado en el Foro Económico Mundial de
Davos junto a un clamor para que se adopten compromisos para frenar la
desigualdad, advierte de que “las élites económicas están secuestrando el poder
político para manipular las reglas del juego económico, que socava la
democracia”.
El
informe va acompañado de datos que plasman con nitidez el aumento de la
concentración de riqueza en pocas manos desde 1980 hasta la actualidad. O cómo
la concentración y la brecha siguen aumentando pese a la gran recesión del año
2008. En Estados Unidos, por ejemplo, el 1% más rico de la población ha
concentrado el 95% del crecimiento posterior a la crisis financiera. En Europa,
los ingresos conjuntos de las 10 personas más ricas superan el coste total de
las medidas de estímulo aplicadas en la Unión Europea entre 2008 y 2010
(217.000 millones de euros frente a 200.000).
La
tibieza en la presión fiscal a los ricos, los recortes sociales o el rescate de
la banca con fondos públicos son ejemplos de un fenómeno que es tan visible que
crece la conciencia pública del aumento de este poder. OxfamIntermón apoya esta
afirmación en una encuesta realizada en España, Brasil, India, Suráfrica, Reino
Unido y Estados Unidos, que revela que la mayor parte de la población cree que
las leyes están diseñadas para favorecer a los ricos. En España, el 80% de la
población cree que las leyes están hechas con este objetivo.
Sobre el
caso español, el director de OxfamIntermón, José María Vera, afirma que el país
“no escapa a esta dinámica” y que la actual crisis se explica en parte por
ella: “Los casos en los que los intereses de una minoría económicamente
poderosa se han impuesto a los intereses de la ciudadanía de a pie son
numerosos en la historia de nuestra democracia.
La crisis
económica, financiera, política y social que padece España hoy tiene buena
parte de su origen precisamente en esas dinámicas perniciosas donde el interés
público y los procesos democráticos han sido secuestrados por los intereses de
una minoría”.
Entre las
políticas diseñadas en los últimos años que favorecen a la minoría de ricos, la
organización enumera la desregulación y opacidad financiera, los paraísos
fiscales, la reducción de impuestos a las rentas más altas o los recortes de
gasto en servicios e inversiones públicas. El informe constata cómo, en el caso
de Europa, “las tremendas presiones de los mercados financieros han impulsado
drásticas medidas de austeridad que han golpeado a las clases baja y media,
mientras los grandes inversores se han aprovechado de los planes de rescate
públicos”.
Por todo
ello, OxfamIntermón exigirá en el marco del Foro Económico Mundial de Davos a
sus asistentes (sean particulares o representantes de Gobiernos) que adopten
compromisos en áreas como los paraísos fiscales (que no se permita que se
utilicen para evadir impuestos); que se hagan públicas las inversiones en
empresas y fondos; que respalden sistemas fiscales progresivos; que exijan a
sus Gobiernos que los impuestos se destinen a servicios públicos o que si lo
son inviertan en atención sanitaria y en educación universales, o que las empresas
que representan paguen salarios dignos a sus empleados y los países legislen en
esta dirección, fortaleciendo umbrales salariales y derechos laborales.
Por si a
alguien se le ocurre pensar que los planteamientos de OxfamIntermón son
utópicos, la organización recuerda que “esta peligrosa tendencia” es reversible
y que existen ejemplos de ello. Fue el caso, recuerda, de Estados Unidos o
Europa tras la II Guerra Mundial, cuando el crecimiento económico se
compatibilizó con la reducción de la desigualdad, o el caso de América Latina,
donde la brecha ha disminuido “significativamente durante la última década
gracias a una fiscalidad más progresiva, los servicios públicos, la protección
oficial y el empleo digno”.
El
informe también contempla ejemplos de concentración en países en desarrollo y
alude a la superminoritaria élite india, millonarios que en buena parte han
forjado sus fortunas en sectores cuyos beneficios dependen del acceso a los
servicios básicos; al poder de las élites en Pakistán y su influencia en la
manipulación legal; a la desigualdad en África, pese a la abundancia de
recursos, o a lo que llama “red mundial de secretos bancarios”, que no es otra
que la que forman los paraísos fiscales.
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