Carta circular dada en la sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
El Sábado Santo
73. Durante el Sábado santo la Iglesia permanece
junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, su descenso a los
infiernos (75) y esperando en la oración y el ayuno su resurrección. Se
recomienda con insistencia la celebración del Oficio de Lectura y de las Laudes
con participación del pueblo (cf. n. 40) (76). Cuando esto no sea posible,
prepárese una celebración de la Palabra o un ejercicio piadoso que corresponda
al misterio de este día.
74. Pueden ser expuestas en la iglesia a la
veneración de los fieles la imagen de Cristo crucificado, o en el sepulcro, o
descendiendo a los infiernos, ya que ilustran el misterio del Sábado santo, así
como la imagen de la Santísima Virgen de los Dolores de los fieles.
75. Hoy la Iglesia se abstiene absolutamente del
sacrificio de la Misa (77). La sagrada Comunión puede darse solamente como
viático. No se conceda celebrar el matrimonio, ni administrar otros
sacramentos, fuera de la Penitencia y la Unción de los enfermos.
76. Las fieles han de ser instruidos sobre la
naturaleza peculiar del Sábado santo (78). Los usos y tradiciones festivos
vinculados con este día a causa de la antigua anticipación de la Vigilia al
Sábado santo deben desplazarse a la noche y al día de Pascua.
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