religiosamente la palabra de Dios y proclamándola confiadamente, hace
suya la frase de San Juan, cuando dice: "Os anunciamos la vida terna, que
estaba en el Padre y se nos manifestó: lo que hemos visto y oído os lo
anunciamos a vosotros, a fin de que viváis también en comunión con
nosotros, y esta comunión nuestra sea con el Padre y con su Hijo Jesucristo"
(1Jn_1:2-3). Por tanto siguiendo las huellas de los Concilios Tridentino y
Vaticano I, se propone exponer la doctrina genuina sobre la divina
revelación y sobre su transmisión para que todo el mundo, oyendo, crea el
anuncio de la salvación; creyendo, espere, y esperando, ame.
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